Todas las mujeres somos distintas y cada una tiene su estilo, y créanlo o no, nunca debemos renunciar a él, SI, leyeron bien, nunca debemos renunciar a la esencia de nuestros gustos, nuestra personalidad y nuestras necesidades.
Es verdad que todos hemos visto mujeres que parecen vestidas por su peor enemigo, y creemos que deberían tirar al río su armario entero porque todo es absolutamente horrible, pero pensemos detenidamente: es ridículo ser una mujer de 35 años, con 1,58 de estatura y 65 kilos, que trabaja en una oficina y tiene 2 hijos y pretender que se sienta cómoda y se vea espectacular en su día a día con unos pitillo fucsia, unas sandalias de tiras de pitón de Jimmy Choo con un tacón de 12 cm, una camiseta de lycra de Bebe y una cartera de mano en la que solo caben un gloss y una tarjeta de crédito…es totalmente absurdo!
Lo que las mujeres deberíamos hacer es estudiar los colores, texturas y cortes que mejor nos quedan y SIEMPRE sentirnos cómodas con lo que compramos y lo más importante como dije antes: ser fieles a nuestro estilo, peeeeeeero….PULIRLO, MEJORARLO, ADAPTARLO a nuestro cuerpo, exprimir su esencia y lograr sentirnos a gusto con nuestra ropa, sentir que refleja en parte lo que somos, lo que buscamos, lo que deseamos…
Suena fácil, pero no lo es, todas tendemos a caer en patrones de ropa que probablemente nos queda fatal puesta, pero al verla en el maniquí es perfecta y no podemos evitar comprarla. Tengo unos diez o doce pares de sandalias altísimas, exóticas y PRECIOSAS, que NUNCA HE USADO, es prácticamente imposible caminar con ellas, son inadecuadas para la oficina y los fines de semana suelo ir al súper, dar un paseo por las tiendas, ir a cenar a algún sitio acogedor con los amigos, o escaparme con mi esposo a un fin de semana de descanso en algún hotelito encantador cerca de Alicante…en vacaciones somos viajeros “exploradores”, nos gusta descubrir las ciudades andando o visitar a mi familia que vive en California, pero Hollywood y Beverly Hills no son tan glamorosos como dicen y nadie en su sano juicio los recorrería a pie con esas sandalias. El caso es que cada que veo ese tipo de zapatos y me los pruebo, me fascina como se ven, juro que “estos si los usaré” y al final, acaban arrumbados en el armario…hasta que claro, o pasan de moda o acaban en el trastero esperando “la ocasión ideal para llevarlas”.
Si Victoria Beckham me escuchara le daría un infarto, ella los usaría hasta para hacer jogging, pero YO NO SON VICTORIA BECKHAM, yo soy Pao y necesito aprender a ser sensata y tener un par de esas maravillosas sandalias (por si acaso) , y completar mi fondo de armario con bonitos flats, botas planas, cuñas de no más de 6 cm de alto, tenis lindos….por el bien de mi cuenta bancaria y por la salud de mis pies.
Es verdad que todos hemos visto mujeres que parecen vestidas por su peor enemigo, y creemos que deberían tirar al río su armario entero porque todo es absolutamente horrible, pero pensemos detenidamente: es ridículo ser una mujer de 35 años, con 1,58 de estatura y 65 kilos, que trabaja en una oficina y tiene 2 hijos y pretender que se sienta cómoda y se vea espectacular en su día a día con unos pitillo fucsia, unas sandalias de tiras de pitón de Jimmy Choo con un tacón de 12 cm, una camiseta de lycra de Bebe y una cartera de mano en la que solo caben un gloss y una tarjeta de crédito…es totalmente absurdo!
Lo que las mujeres deberíamos hacer es estudiar los colores, texturas y cortes que mejor nos quedan y SIEMPRE sentirnos cómodas con lo que compramos y lo más importante como dije antes: ser fieles a nuestro estilo, peeeeeeero….PULIRLO, MEJORARLO, ADAPTARLO a nuestro cuerpo, exprimir su esencia y lograr sentirnos a gusto con nuestra ropa, sentir que refleja en parte lo que somos, lo que buscamos, lo que deseamos…
Suena fácil, pero no lo es, todas tendemos a caer en patrones de ropa que probablemente nos queda fatal puesta, pero al verla en el maniquí es perfecta y no podemos evitar comprarla. Tengo unos diez o doce pares de sandalias altísimas, exóticas y PRECIOSAS, que NUNCA HE USADO, es prácticamente imposible caminar con ellas, son inadecuadas para la oficina y los fines de semana suelo ir al súper, dar un paseo por las tiendas, ir a cenar a algún sitio acogedor con los amigos, o escaparme con mi esposo a un fin de semana de descanso en algún hotelito encantador cerca de Alicante…en vacaciones somos viajeros “exploradores”, nos gusta descubrir las ciudades andando o visitar a mi familia que vive en California, pero Hollywood y Beverly Hills no son tan glamorosos como dicen y nadie en su sano juicio los recorrería a pie con esas sandalias. El caso es que cada que veo ese tipo de zapatos y me los pruebo, me fascina como se ven, juro que “estos si los usaré” y al final, acaban arrumbados en el armario…hasta que claro, o pasan de moda o acaban en el trastero esperando “la ocasión ideal para llevarlas”.
Si Victoria Beckham me escuchara le daría un infarto, ella los usaría hasta para hacer jogging, pero YO NO SON VICTORIA BECKHAM, yo soy Pao y necesito aprender a ser sensata y tener un par de esas maravillosas sandalias (por si acaso) , y completar mi fondo de armario con bonitos flats, botas planas, cuñas de no más de 6 cm de alto, tenis lindos….por el bien de mi cuenta bancaria y por la salud de mis pies.
Dicho lo anterior, en este blog parto de 2 bases: las “reglas de la moda” no valen para todas y no hay nada peor que ser una Fashion Victim. La moda debe estar a nuestro servicio, no nosotras al servicio de ella.
No puedo estar más de acuerdo contigo. Los más hermosos zapatos son casi siempre incomodísimos; pero aún así es prácticamente imposible resistirse a comprártelos.
ResponderEliminarPoco a poco he aprendido a comprar menos tacones y más zapatos cómodos, que sí bien no son los más lindos, son los que se apiadan de mis rodillas, mis deditos meñiques, y las plantas del pie.
Beijos
Monica